¡Nunca es Tarde! Regreso a Clases a los 40, ¡Con Café y Libros!"
Volver a estudiar después de los 40 es una decisión que, aunque puede parecer desafiante, está llena de oportunidades y recompensas personales y profesionales. En mi caso, dar el paso hacia un ciclo superior en un instituto ha significado emprender un camino nuevo y emocionante, centrado en mis pasiones y en mi deseo de avanzar en mi carrera como técnico de laboratorio.
Al principio, la idea de regresar a las aulas me parecía un reto monumental. Las dudas y miedos sobre si podría adaptarme a la vida académica, después de tantos años fuera del ambiente estudiantil, me acompañaron en el inicio de este viaje. Sin embargo, el entusiasmo por aprender y profundizar en el fascinante mundo de las ciencias superó mis temores. Cada clase, cada laboratorio y cada proyecto se convirtieron en una oportunidad para redescubrir mi amor por el conocimiento y la investigación.
Ahora, al encontrarme en la recta final del curso, siento una mezcla de emoción y asombro. Me parece increíble que haya llegado hasta aquí, a tan poco de alcanzar esta meta que se siente tan lejana cuando comencé. Cada examen, cada trabajo y cada interacción con mis compañeros ha sido no solo un paso más hacia un título, sino una forma de crecimiento personal que nunca imaginé alcanzar.
Este ciclo superior no solo me brinda la posibilidad de avanzar en mi carrera, sino que también me ha permitido desarrollar una red de contactos y aprender de otros profesionales apasionados por las ciencias. La conexión con mis compañeros ha sido invaluable, pues compartimos la misma inquietud por el saber y los mismos deseos de superación. Juntos, hemos enfrentado las dificultades de los exámenes y las largas noches de estudio, lo que ha generado un compañerismo que va más allá de lo académico.
El desafío de completar este curso ha sido constante, pero cada pequeño logro ha servido como un recordatorio de que nunca es tarde para aprender y crecer. Estoy convencida de que estos conocimientos me abrirán puertas en el ámbito laboral y me brindarán nuevas oportunidades. Estoy ansiosa por aplicar todo lo aprendido en mi trabajo y contribuir a un área que me apasiona.
Volver a estudiar después de los 40 ha sido, sin duda, una de las decisiones más valiosas de mi vida. Me siento más preparada y motivada
que nunca para afrontar lo que venga, y espero que mi experiencia sirva de inspiración para otros que estén considerando dar el mismo paso. La educación es un camino que no tiene edad y, aunque el desafío es grande, las recompensas son aún mayores. ¡Ahora solo falta un poco más para alcanzar la línea de meta!
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