Mis super 36 ... Happy Birthday
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Cuando me preguntan cuantos años tengo...me da la risa tonta. Y aunque pensar en el paso del tiempo me da mal rollo, lo cierto es que cumplir años no me importa nada. Y mucho menos si los cumplo rodeada de mi familia y de gente a la que quiero y aprecio. ¡Así da gusto cumplir años!El tiempo vuela, de eso no hay duda, y mucho más deprisa de lo que me gustaría. Y la maternidad en esto no ayuda, algo que supongo os pasará a muchas. Y es precisamente esa velocidad la que me da cierto mal rollo. Mi princesa lo aceleran todo y, a veces, si te dejas llevar, la vida se acelera tan frenéticamente que vives con la lengua fuera.
Cuanto recuerdo esa frase tan repetida que me decía todo el mundo recién estrenada en esto de la maternidad: “Disfruta mucho que el tiempo vuela” ¡Y vaya que si vuela! Con ella la sensación, a veces, es de que el tiempo se me escapa literalmente de las manos y sentir eso no me gusta. No me gusta nada, la verdad.
Y justo esa sensación fue la que me hizo hace algún tiempo intentar vivir de otra forma. Desde entonces intento no pensar mucho en el paso del tiempo, disfrutando al máximo el día y día, sin pensar demasiado en el futuro y, también, sin hacer balance continuamente del tiempo ya vivido.No me gusta verme acelerada porque además creo que no ayuda a disfrutar plenamente del presente y eso es precisamente lo que quiero. Disfrutar intensamente del momento y mucho más con mi hija. Aunque os aseguro que no siempre es fácil y a veces yo también siento esa necesidad imperiosa de frenar, que seguro muchas conocéis. Y entonces es cuando me encantaría ser la bruja Samantha para detener el tiempo con un simple movimiento de nariz, aunque solo fuese un momento. Poco a poco la cifra ha ido creciendo y ya estoy mucho más cerca de los 40 que de los 30. Algo que, por el momento, no me preocupa en exceso. Aunque todo se verá… El tiempo pasa para todos pero os diré que yo me sigo viendo como cuando llegué a la treintena, ¡estupenda! Nada como mirarse bien el espejo para verse reflejada aún mejor, ¿verdad? Con mis defectos, algunos de fábrica y otros unos estupendos regalos del paso del tiempo, pero cuando me miro al espejo veo antes las vivencias, las experiencias y, sobre todo, los buenos momentos vividos. ¡Y con eso me quedo!