La naturaleza está llena de infinitas razones

Es curioso pensar que me crié mudándome de un lado para otro cuando niña.Mi padre era militar y lo trasladaban continuamente.Nunca me sentí de un lugar determinado.

Cuando llego el momento echar yo mis raíces, venia de estudiar en Europa gracias a mis becas.

Y yo tenia la necesidad de sentar mi vida donde realmente me sintiera feliz y poder llamar un sitio hogar.

A veces el amor viene de diferentes formas e inclusos lugares. A mis ventialgo me enamore de un pequeño pueblo que siempre vivía rodeado de neblina que le da ese toque misterioso.

Y al abrigo de una pequeña calle rodeada de naturaleza me traslade a vivir a una modesta casa con aire sesentero con un coqueto jardín.

Aquí puedo pasear, ir de compras al mercado, llevar a mi hija al parque.

Un pueblo pintoresco que respira tranquilidad y familiaridad.

Perfecto para relajarte lejos de la cuidad y su contaminación donde la vida pasa más lenta.

A pesar que siempre me considere una mujer cosmopolita y amante de la moda, siempre necesito volver a mi rincón de paz para escapar de mi alocada agenda y recargar mis pilas.